Las encimeras, ya estén ubicadas en la cocina o en el baño, son superficies de trabajo sobre las que se van a realizar diferentes tareas: manipulación de alimentos o cuestiones relacionadas con la higiene personal. Resulta evidente que es necesario mantenerlas limpias y, en el primer caso, libres de bacterias y microorganismos. Este objetivo será mucho más fácil de alcanzar cuando se apuesta por las encimeras de cocina Dekton.
Los nuevos materiales empleados en la fabricación de estas piezas cada vez son más fáciles de limpiar y de mantener desinfectados. En cualquier caso, el proceso de limpieza debe ser exhaustivo, si quieres sacarle el mayor rendimiento posible a tu encimera de cuarzo y que cuente con una apariencia cuidada, este artículo te interesa.
Hablamos de un material que destaca por su durabilidad y su baja porosidad. Dos cuestiones de una importancia esencial para facilitar las tareas de limpieza. En el caso de la porosidad, hablamos de una característica muy importante que nos permitirá colocar las encimeras de cuarzo en zonas especialmente húmedas. En cuanto a las manchas y a la suciedad, encontraremos algunas que se repiten con frecuencia.
Manchas de grasa
Ante la grasa, la mejor opción será diluir un poco de jabón anti-desengrasante con agua y frotar sobre la mancha. Después habrá que aclararlo con una bayeta y agua limpia.
Silicona
Para eliminar los restos de silicona podemos utilizar una cuchilla y unas gotas de disolvente.
Rotulador
El alcohol es la mejor solución contra las manchas de rotulador.
Cal de agua
Aplicar vinagre directamente sobre las manchas y dejar actuar durante un minuto, después debemos aclararlo con agua limpia.
Colorantes alimentarios
En este caso, la lejía será la mejor opción. Aunque, como es un producto fuerte, lo más adecuado será diluirlo en agua y limpiar con una bayeta suave.
Finalmente, desde Encimeras Cruz queremos destacar que en estos casos actuar rápidamente puede marcar la diferencia. Aunque el cuarzo es un material poroso, será necesario evitar que los líquidos penetren en el interior de la piedra y puedan terminar por deteriorarla de forma permanente. En la medida de lo posible, conviene acabar con las manchas y la suciedad de estas superficies lo antes posible.